Demon Turf es un curioso videojuego independiente que combina plataformeo y acción en tres dimensiones con sprites en 2D, dándole un aspecto único y llamativo a esta simpática aventura. Su historia nos lleva a liderar una revolución en el inframundo poniéndonos en la piel de Beebz, una joven demonio que quiere convertirse en la reina del infierno y para ello tendrá que liberar varios territorios de las bandas que los gobiernan, enfrentándonos no sólo a vulgares secuaces sino también a poderosos jefes finales que se ocultan en fortalezas plagadas de obstáculos y trampas.
Este es el nuevo proyecto de Fabraz, desarrollador a quien conocemos por haber creado el recomendable Slime-San, un plataformas en dos dimensiones que, como este nuevo juego, apostaba por soltarnos en un enorme mundo que además de desafiantes niveles también ofrecía una buena cantidad de actividades que llevar a cabo y personajes con los que interactuar durante la aventura. Demon Turf llega a PC y Nintendo Switch de la mano de Playtonic Friends, el sello de distribución de juegos indies creado por los responsables de Yooka-Laylee. De un modo u otro, el bagaje de ambas partes ya anticipan que este proyecto tiene mimbres para convertirse en un título interesante y bien llevado. Veamos si ha sido así.
Liberando el inframundo del malvado rey de los demonios
Pese a que lo que define a Demon Turf es ser un plataformas en tres dimensiones, porque efectivamente es lo que más peso tiene dentro del proyecto, en realidad esta aventura nos va a sorprender con una amplia variedad de situaciones que no se ciñen exclusivamente a ese género. Durante las horas que dura su historia principal nos vamos a encontrar con una enorme variedad de situaciones que renuevan el ritmo del juego a cada poco rato, consiguiendo que mantenga su frescura a lo largo de toda la aventura.
Nuestra misión principal será la de viajar a los diferentes territorios en los que está dividido el infierno para conseguir una serie de artefactos que nos permitirán enfrentarnos a los líderes de las bandas que controlan dichos escenarios. Accedemos a ellos desde la ciudad principal que no sólo sirve como hub central, sino que también nos proporciona actividades adicionales, misiones secundarias y tiendas en las que comprar mascotas o atuendos. La estructura del juego es semiabierta (podemos superar los diferentes de cada territorio en el orden que queramos, pero el siguiente territorio no se desbloqueará hasta que no superemos el anterior) y nos recuerda a las grandes aventuras tridimensionales de los años 90, como Spyro the Dragon.
Todos estos territorios están conformados como niveles de plataformas y algo de acción, circuitos de tamaños variados (aunque normalmente no muy extensos) en los que tendremos que utilizar las diferentes habilidades de Beebz para sortear los obstáculos habituales de este género. Podemos saltar, hacer doble salto, planear, bucear y otros tantos movimientos que iremos desbloqueando por el camino. Demon Turf es bastante desafiante en lo que respecta al plataformeo, aunque cabe decir que a veces no da las herramientas necesarias para superar los retos de manera óptima y se echa en falta más control en los movimientos de la protagonista: a veces falla el aterrizaje, el tiempo de salto o la respuesta de los controles cuando toca no moverse demasiado, cuando no todo a la vez, y se vuelve algo tedioso tener que repetir secciones una y otra vez por la imprecisión del movimiento.
Un curioso sistema de puntos de control
Su diseño de escenarios tampoco es que ayude demasiado en ese sentido, porque plantea zonas demasiado penalizadoras a poco que demos un paso en falso. Lo que en muchos otros juegos podría ser algo digno de valorar por la exigencia de los niveles, en Demon Turf se vuelve algo ofuscante teniendo en cuenta la mencionada imprecisión de los controles. En muchas ocasiones acabamos mirando demasiado la sombra del personaje para ver dónde va a aterrizar, en lugar de comprender realmente el espacio 3D en el que nos movemos.
Casi para gamificar la constante repetición de las mismas secciones, el juego cuenta con un original sistema de puntos de control que nos permite colocar banderas de autoguardado en prácticamente cualquier lugar del escenario para que seamos nosotros mismos quienes decidamos dónde queremos reaparecer cuando fallemos. Los más habilidosos tratarán de superar un nivel sin plantar ninguna bandera, mientras que los más cautelosos colocarán puntos de control después de haber superado una sección complicada. Es una buena idea bien aplicada porque, además, no tenemos banderas infinitas ni podemos retirar las que hayamos colocado, lo que nos obliga a pensarnos con calma dónde marcar un punto de control.
Más allá de las plataformasVenir de Tragamonedas Gratis Online
Como decíamos antes, Demon Turf no es un juego exclusivamente de plataformas. Además de minijuegos, exploración libre, diálogos y otras muchas opciones más, también cuenta con mecánicas de combate que se pueden ir ampliando pero que suelen estar orientadas a lanzar hechizos que empujan a los contrincantes para lanzarlos contra trampas o hacia el vacío. Quizás no le vendría mal algo más de variedad a estos enfrentamientos, pero en realidad acaban siendo bastante satisfactorios sobre todo por cómo responden los enemigos a nuestros ataques y la cantidad de efectos que se despliegan en las batallas.
Esto es algo que sobrevuela el juego en su conjunto. Sin duda una de las mejores cosas de lo nuevo de Fabraz es su apartado gráfico, ya no sólo porque combine los personajes y efectos 2D con escenarios 3D, sino porque cuenta con una enorme cantidad de detalles en las animaciones que le dan alma al conjunto. A eso hay que sumarle la cercanía, el carisma, los diálogos y el diseño de los personajes, aunque curiosamente esto último no destaca cuando hablamos de los escenarios: a nivel general Demon Turf tiene más calidad en las dos que en las tres dimensiones. Cabe destacar que en Nintendo Switch, plataforma en la que hemos jugado, se realizan algunos lógicos sacrificios gráficos para conseguir una fluidez de juego que le sienta genial; en la híbrida sólo hay que lamentar ciertos glitches y tiempos de carga un poco más largos, pero nada que dificulte el juego como tal.Venir de Tragamonedas Gratis Online
Conclusiones
Demon Turf es un videojuego muy ambicioso, quiere hacer muchas cosas a la vez y no todas le salen igual de bien, como es evidente. En las secciones de plataformeo se echa en falta algo más de precisión, en las de combate podríamos pedirle algo más de variedad, y ambas medran en la capa de exploración de su simpático y atractivo universo infernal, cuyos diálogos y personajes cargados de carisma pierden protagonismo ante las secciones de habilidad y completismo. No obstante, a nivel general es un título simpático, divertido y altamente recomendable para quienes quieran disfrutar de una aventura desafiante y creativa con aroma a videojuego noventero.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Playtonic Friends.